CHICAAS:

¡¡¡NOS VAMOS AL CAMINO DE SANTIAGO!!! ¡¡¡YUPIIII!!!

SALIMOS EL día 20 de JUNIO,,, de 2014

Y AQUÍ OS DEJO UNOS…

…CONSEJOS PARA EL CAMINANTE

PLANIFICACIÓN PREVIA:

Conocer de antemano los pueblos a visitar, sus tradiciones, las comarcas y el paisaje, es gratificante y hará más provechoso el viaje.

Es muy recomendable acudir a una Asociación de Amigos del Camino de Santiago – en España hay más de 50 repartidas en casi todas las provincias- cuyos socios aportan desinteresadamente información y consejos. En sus sedes se puede adquirir la credencial. Éste es un documento que sirve de salvoconducto e incluye unas casillas que se deben sellar al menos una vez al día, ya sea en el albergue, en un establecimiento o en una iglesia. Es indispensable llevarla si se desea pernoctar en los albergues de peregrinos públicos y en algunos privados. Una vez en la Oficina del Peregrino de Santiago sirve para atestiguar que se ha realizado la peregrinación y obtener la Compostela.

PREPARACIÓN FISICA:

Ya lo dijo Rudyard Kipling: “Piensa que puedes y podrás, todo está en el estado mental”. Primero hace falta voluntad y preparar nuestro cuerpo para el esfuerzo que nos requerirá el Camino. Si realizas deporte con regularidad es aconsejable, al menos un par de meses antes, hacer senderismo con el calzado y la mochila que vayas a llevar al Camino. Los que no practiquen deporte deberán comenzar tres meses antes un entrenamiento progresivo en duración e intensidad:

¿QUÉ CALZADO ES MEJOR? ¿BOTA O ZAPATILLA?

El pie del peregrino descubre todas las superficies posibles: el asfalto, el hormigón, la zahorra de las pistas agrícolas, la incómoda gravilla, los suelos terrizos, arcillosos o calizos, etc. Tal disparidad origina serias dudas en la elección del calzado que mejor se adapte a todas y cada una de las superficies descritas.

Se necesita un calzado ni muy ligero ni muy pesado, que sea flexible y que aporte una buena estabilidad. Todas estas características las reúnen las zapatillas de trekking y el calzado trail running que utilizan los corredores de montaña. Ambas son más ligeras que las botas de senderismo y aportan mayor flexibilidad y amortiguación. La suela es más resistente y soporta mejor los impactos y el peso de la mochila que la de una zapatilla de atletismo convencional.

El tejido impermeable y transpirable Gore-Tex (si el camino se hace en tiempo invernal) evitará que se moje el pie y evacuará el sudor al exterior. Las botas de montaña protegen mejor los tobillos y los posibles impactos de las piedras pero son más pesadas, recalientan más el pie y son muy incómodas sobre el asfalto. La experiencia aconseja probar primero con zapatillas de trekking o trail running. Pedir consejo al profesional del deporte y comprar las que sean apropiadas a las fechas que harás el camino. Nosotras saldremos a finales de primavera o principio del verano.

Cuando las compres  2/3 meses antes, es suficiente, para adaptarlas a los pies.

LA ELECCIÓN DE LA MOCHILA:

Merece la pena gastar dinero en una buena mochila. Es el caparazón del peregrino, la casa que lleva a cuestas.

•Su capacidad debería rondar entre los 40 y 50 litros. Cuanto más grande sea más pesará en vacío y más la llenaremos. (un consejo: selecciona todo lo que vas a llevar, y así eliges la mochila, las tienes desde 15 litros)

•Una vez llena no debería superar el 10% del peso del caminante que la porte. Por ejemplo, una persona de 60 kilos deberá cargar una mochila de entre 6 o 7 kilos. Todo el peso que rebase esta cifra pasará factura en forma de sobrecargas o contracturas musculares.

•Sus costuras deben ser fuertes, las hombreras acolchadas, con refuerzo lumbar y correas ajustables para la cintura y el pecho. Debe contar con un sistema que permita su regulación según la altura de cada usuario. No hay que ir a la moda de los escolares y es fundamental ajustar las correas de forma que el peso descanse sobre la espalda y no tire de los hombros. La funda impermeable es imprescindible para cubrirla en días de lluvia. Muchas ya la traen pero algunas no cumplen bien su función y calan rápido, así que a veces interesa comprar una aparte más resistente.

VIAJAR CON LO  INDISPENSABLE:

Hacer la mochila es una de las tareas que más quebraderos de cabeza da a los peregrinos: ¿Qué meto? ¿Dejo esto en casa? ¿Utilizaré el poncho?

Aparte de la ropa que se lleve puesta, éste podría ser el equipaje para el verano:

•Una cantimplora de un litro o una camelback de la misma capacidad.

•Un par de bastones de trekking, si se está acostumbrado a llevarlos, o el clásico bordón.

•Dos o tres mudas.

• Dos pares de calcetines cortos de senderismo  o  running.

•Un par de camisetas de poliéster, una de manga corta y otra de manga larga (nunca de algodón, ya que no transpiran y tardan en secar).

•Pantalones cortos de senderismo.

•Una sudadera y una chaqueta ligera que sea impermeable.

•Un poncho con cubre mochila que sea transpirable. El inconveniente es que suelen pesar unos 400 gramos.

•Una visera o sombrero.

•Una toalla de microfibras. Están fabricadas en poliéster y poliamida y se secan con rapidez. Se pueden encontrar en tiendas deportivas.

•Chanclas para la ducha.

•Un cepillo y pasta de dientes. Gel y champú para el aseo y una pastilla de jabón para lavar la ropa y, para quien lo necesite, unas cuchillas o maquinilla de afeitar.

• Pequeño botiquín con aspirinas o ibuprofeno, crema solar de alta protección, tiritas, yodo y agujas esterilizadas para pinchar las ampollas. Son muy recomendables las cremas anti rozaduras para el pie y para el cuerpo. Si se hace el Camino en compañía lo más sensato es llevar un botiquín conjunto y repartir el peso.

•Gafas de sol.

•Una linterna frontal

•El DNI, la Tarjeta Sanitaria, una tarjeta de crédito y la credencial del peregrino.

•Una navaja. También imperdibles y varias pinzas, muy útiles para secar la ropa durante o al final de la etapa.

•El móvil, una cámara de fotos (si queremos más calidad) y sus cargadores.

•Un par de tapones para los oídos para no escuchar los ronquidos

UNA VEZ  EN MARCHA:

Mochila a cuestas, bordón en mano y a caminar

Recorrer etapas largas y a buen ritmo los primeros días surte el mismo efecto que sacarse el carné de conducir, comprarse inmediatamente un Ferrari y ponerlo a 200 kilómetros por hora a la salida del concesionario.

El riesgo de accidente, en nuestro caso lesión, será del 100%. El refrán “camina como un viejo y llegarás como un joven” es el mejor consejo que puede recibir un peregrino profano. Durante las tres primeras jornadas no es recomendable recorrer más de 20 kilómetros al día. Desaparecidas las agujetas y las molestias iniciales se puede aumentar el número de kilómetros progresivamente hasta los 30 ó más por jornada, pero una buena media son 25 kilómetros.

En el Camino abundan los deportistas que se atreven con caminatas de 40 y 45 kilómetros diarios, aunque algunos de ellos son víctimas de las temidas tendinitis. Las más frecuentes son las del tendón peroneo y las del talón de Aquiles. Para prevenir posibles lesiones hay que realizar una sencilla tabla de estiramientos antes de andar y al finalizar el ejercicio, sobre todo estirar las piernas (ingles, cuádriceps y gemelos), la espalda, las lumbares y los hombros.

CÓMO ALIMENTARSE PARA NO  DESFALLECER DURANTE LAS ETAPAS:

•Es fundamental dedicar tiempo suficiente a disfrutar de un desayuno completo que incluya lácteos, cereales (cereales en copos, pan, tostadas, pan de molde…), fruta o zumo y complementos (mantequilla o margarina, queso, fiambres, mermelada, miel, azúcar, etc).

•Puesto que cada etapa se tarda en realizar una media de 6 horas, conviene que cada 60 ó 90 minutos nos tomemos un breve descanso para beber e ingerir algo sólido que contenga hidratos de carbono, lo que nos permitirá mantener mejor el ritmo de ejercicio, y sobre todo por dos razones fundamentales: evitar la pájara y la deshidratación.

•Durante el ejercicio continuado, el agua es tan importante como los hidratos de carbono, sobre todo en días de mucho calor y humedad. Es un error relativamente generalizado no beber agua ni antes ni durante el ejercicio, así como esperar a tener sed o hambre para comenzar a beber agua y tomar alimentos.

•Caminar con el estómago lleno no es saludable. La comida más importante del día hay que hacerla al final de la etapa y, si la jornada se alarga y es necesario comer de mesa durante la marcha,

conviene optar por un bocadillo o un plato ligero de pasta o verdura.

ESTE SERA NUESTRO CAMINO: